La Negra Sosa
Me resulta impresionante el poder legitimador de Mercedes Sosa. Lo comprobé el fin de semana pasado, en el Teatro Argentino, cuando cientos de señoras con colorete y señores pelados y de traje marcaban el ritmo con las palmas al compás de "El Ángel de la Bicicleta", cumbia villerísima si las hay.
A veces me pregunto si a la gente que la escucha (yo mismo, sin ir más lejos) le gusta de verdad escucharla, o es que su mito imponente, su voz autorizada, su imagen de Pachamama Argentina Por Antonomasia, se impone sobre el placer de la música.
No sé. A mí me gusta escucharla, aunque ya no cante folclore.
A mí me gusta escucharla -me contradice mi mujer- porque ya no canta folclore.
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